lunes, 18 de noviembre de 2013

LA JUGADA PERFECTA DEL PP EN RTVV

Me parece que son unos genios esta gente. Si, utilizan técnicas maquiavélicas, saltándose toda ética, todo el espíritu democrático, utilizando la administración como un cortijo propio, que se utiliza a conveniencia personal y del partido, explotándolo y exprimiéndolo todo sin ningún pudor, y cuando no da más de si, y no sirve a sus propósitos, arrojándolo al cubo de la basura, sin importar los daños colaterales. Pero amigos, queramos o no, el sistema capitalista en general, y la democracia española en particular, "va de eso". 

Y estas reflexiones no significan que esté a favor de las mismas. Pero hay demasiados casos en este "puto país" que indican que ni tenemos democracia, ni gobierno para el pueblo, ni nada que se le parezca. Tenemos una casta de políticos, seguidores de la filosofía del buen vivir a coste de los demás, que en primer lugar se sirven ellos, luego al aparato que los mantiene, y en tercer lugar, a los grandes grupos de potentados (empresas, fundaciones, organismos y similares), a los que recurren para tener una plácida jubilación.

Y el caso de RTVV es un ejemplo de esta forma de actuar. El partido Popular había perdido el control de la misma; una nueva directora independiente del poder político, y una nueva Ley que lo permitía, empezaba a reconvertir la radio y las televisiones públicas, dejando de ser un cortijo de acérrimos al régimen (los más extremistas pro PP estaban siendo aislados y desconectados). El partido en el gobierno se temía lo peor. Malos indicadores electorales de cara a los próximo comicios, que predecían que perdían el gobierno, y pocos altavoces mediáticos, y con mínima audiencia,  que ayudaran a cambiar esta tendencia. El panorama era feo. Hasta que surgió la gran oportunidad disfrazada de sentencia del TSJCV (o tal vez, como afirman muchos, el tema vaya mucho más allá, y sea todo, desde el primer día de planteamiento del ERE, una estrategia minuciosamente pensada). 

Se cierra RTVV y en breve (unos meses), se adjudica una televisión autonómica privada a un grupo afín (¿Unidad Editorial tal vez?). Con esta estrategia se consigue tener un altavoz propio, con independencia del color de los resultados electorales. Pero hay que darse prisa, ya que el nuevo chiringuito debe de estar montado de cara a las elecciones de mayo del 2015. La jugada es perfecta: no tendrá ninguna contestación desde las altas instancias gubernamentales (todo lo contrario, obtendrá toda la comprensión necesaria), y el apoyo de los medios afines será total. Incluso otros medios potencialmente más críticos con la medida, no se lanzarán a la yugular del partido, incluso se callarán, porque verán en todo esto el meollo una buena oportunidad de negocio, o una posibilidad de "pillar cacho" desde el punto de vista comercial.

Una noticia aparecido en el periódico Levante EMV, ya indicaba que un directivo de RTVV sabía de buena tinta que El Mundo y Vértice 360 estaban detrás de la operación. Personalmente, me han llegado noticias de que Unidad Editorial ya está moviéndose para ir montando la estructura (hay que correr, que mayo del 2015 está a la vuelta de la esquina). Hoy, el Conseller Buch ya decía que "es necesario que el sector privado ocupe el hueco de RTVV". Blanco y en botella...

¿Y como se monta el chiringuito?. Podemos fijarnos en la televisión ¿pública? de Castilla y León. El Consell monta un concurso de cesión de las frecuencias de emisión, en el que entra el arrendamiento de las instalaciones, todo ello a un precio simbólico. La empresa adjudicataria debe de "obligarse" a emitir cierta programación de servicio público y en valenciano; a cambio de este "servicio público", el Consell les pagará una cuota de digamos, 60 millones de euros; y por supuesto, los ingresos comerciales serán para el adjudicatario. Y por supuesto, el adjudicatario se saltará a la torera el servicio público y el "valencià", porque es poco comercial y muy caro de producir, al igual que se lo han saltado a la torera los concesionarios de las televisiones autonómicas privadas, y no ha pasado nada.

Jugada perfecta. Se privatiza (muy diferente de externalizar); los costes para los valencianos serán los mismos que con el anterior modelo, sin tener ni por asomo las mismas prestaciones de servicio público, pero que más da, lo pagará el pueblo, no los dirigentes del partido popular, que si se asegurarán la "propaganda" gratuita del grupo afín ideológicamente, y que además les deberá el favor.

¡¡¡ Se admiten apuestas !!!!

sábado, 16 de noviembre de 2013

LA PARTIDA DE AJEDREZ DE ALBERTO FABRA EN RTVV


El anuncio del cierre de RTVV por el Presidente del Consell, el Muy Honorable Alberto Fabra, ha provocado el rechazo de la totalidad de los partidos políticos y de la mayoría de la sociedad valenciana. Los argumentos que ha puesto encima de la mesa el Consell para justificar el cierre, se caen por su propio peso; no han dado cifras concretas del coste del cierre frente al mantenimiento del servicio, no se ha calculado el coste económico y laboral indirecto que supondrá el acabar con toda la actividad que se movía alrededor de la televisión y la radio públicas valencianas; no se ha especificado el coste social que provocará el carecer de un servicio de apoyo a la lengua y cultura valenciana. Estas, y otras muchas variables que inciden muy negativamente en las consecuencias de la decisión tomada, podrían hacer pensar que la misma, se ha tomado sin una reflexión adecuada, y ha sido más bien una reacción enrabietada ante una sentencia del TSJCV que, sin ser esperada, no era deseada.

Pero el mundo de la política es mucho más. Es ante todo un juego de intereses económicos por importantes grupos de presión. Pero también es un modo de vida para los integrantes de esta cuadrilla de privilegiados, que buscan, ante todo y por encima de todo, su bienestar y la pervivencia de sus privilegios. Todas estas reflexiones me animan a pensar que tal vez la medida anunciada, esconda en el fondo toda una serie de razones interesadas, que vayan mucho más allá de la simple consideración de una decisión tomada “en caliente”.Expongamos las diferentes posibilidades:

-         Un cambio en la posición negociadora de fuerza: Suponiendo que en el fondo se quisiera una pervivencia de la RTVV pública, la sentencia del TSJCV anulando el ERE supondría una nueva negociación tanto con los partidos políticos de la oposición, para pactar una nueva radio y televisión, públicas y viables, como con el comité de empresa, para acordar con ellos una solución laboral a largo plazo. En esta situación, el Consell partiría con una situación negociadora débil, debido a la sentencia tan abrumadoramente negativa. Una forma de cambiar la posición negociadora sería el anuncio del cierre, y mantenerse en el mismo; en esta tesitura, cambia la situación en la negociación, ya que tanto los partidos de la oposición, como el comité de empresa, deberán de emplear todos sus esfuerzos en evitar la desaparición del servicio de radiotelevisión, a costa de renunciar a importantes reivindicaciones, tanto en materia de número de trabajadores de la nueva RTVV, como de requisitos de exclusión e incluso, de estructura final del servicio. Digamos que, en este caso, cualquier acuerdo alcanzado para salvar RTVV, en el entorno actual, se daría casi por bueno. En el momento que se asume por todos los interlocutores la imposibilidad de seguir con este servicio, con la estructura actual, y se implora el diálogo para acordar un servicio sostenible, se está asumiendo que muchísimos trabajadores del antiguo ente deberán de abandonar sus puestos de trabajo, y por lo tanto, la situación de fuerza negociadora se cambia respecto a la inicialmente existente.

-         Intereses políticos personales. Alberto Fabra no accedió a la presidencia de la Generalitat encabezando una candidatura elegida por el pueblo; fue designado por el PP nacional, para solventar el problema planteado por la dimisión de Camps. Se ha dicho por muchos observadores, que Alberto Fabra no tiene el completo apoyo del aparato de su partido; tiene muchas facciones en contra. Una forma de adquirir liderazgo, ya no de cara a su partido a nivel de Comunidad Valenciana, sino a nivel nacional, es tomar una decisión política muy demandada por el aparato del partido estatal, que va en consonancia con la política recentralizadota y anti-autonomista, y que va a estar muy bien vista por los medios de comunicación afines, con importantes intereses ideológicos y económicos. En otras palabras, Fabra ha pasado de ser un político desconocido de provincias a ser el primer político que tiene la suficiente valentía de cerrar una televisión autonómica; televisiones que son, para todos los medios nacionales conservadores, la mejor muestra del despilfarro que supone el actual sistema autonómico. Alberto Fabra pasaría, con esta decisión, a ser la referencia y modelo nacional del político neoliberal y re-centralizador.

-         Intereses económicos de grandes grupos de comunicación. Sabido es la campaña de acoso y derribo a todo lo que suene a público, de los grandes grupos económicos. Tanto en sanidad, como en educación y en otras áreas de los servicios públicos, se nos están vendiendo las bondades de la gestión privada, como las ineficacias y el despilfarro de la gestión pública de los mismos. El área de los medios de comunicación no es ajena a esta tendencia. Los grandes grupos de comunicación ya consiguieron la eliminación de la publicidad en RTVE, acaparando la inversión destinada a la radio y a la televisión públicas. Una vez conseguido este botín, su estrategia continúa, siendo en este caso su objetivo las radios y televisiones autonómicas. Conseguir su cierre o privatización supondrá llevarse los millones de euros que obtienen estas en inversión publicitaria. Como alternativa a su cierre, ofrecerán los medios privados prestar este servicio público, a cambio de jugosos cánones, y asegurando una línea editorial afín, con independencia del resultado de las elecciones políticas de cada región.


Personalmente, en base a mis observaciones personales, creo que las dos últimas razones son las que han incidido directamente en la decisión de Alberto Fabra de anunciar el cierre de RTVV. Personalmente se sitúa como un gran político neoliberal, pionero en la toma de decisiones recentralizadotas, y contando con todo el apoyo tanto del aparato de su partido, a nivel estatal, como de los medios de comunicación que lo apoyan. Pero es que el segundo motivo, el económico, es el que ha primado en esta decisión. Empiezan ha aparecer en prensa informaciones que indican que el grupo Unidad Editorial (El Mundo, Pedro J. Ramírez), está detrás de esta decisión. Es intrigante que fuera Pedro J. una de las personas a las que Alberto Fabra consultara la mediada a tomar, y fuera el primer medio que la anunciara (antes incluso que el propio Consell). Pero más intrigante es el hecho de que Unidad Editorial esté en estos momentos, montando una estructura para poder gestionar una televisión. Me han llegado noticias al respecto, y espero, en el momento que tenga confirmación de las mismas, ampliar la información al respecto. La jugada será redonda. El Consell adjudicará la gestión de la televisión autonómica a Unidad Editorial por ejemplo; por el hecho de que emitan una programación de ¿servicio público? y una parte de la misma en valenciano, les adjudicarán una subvención de 40-50-60 millones de euros, con la escusa de que cubrirán el servicio público de la antigua RTVV. Este grupo encomendará la parrilla de programación a alguna productora nacional (¿Vertice 360?). El canon pagado por el Consell, más los ingresos de la comercialización publicitaria, revertirán en pingües beneficios para el grupo privado adjudicatario. El partido Popular se asegurará tener un medio afín, con independencia de los resultados electorales, que podrían hacer cambiar la tendencia editorial de una televisión regional pública. Una jugada perfecta.

domingo, 10 de noviembre de 2013

LAS RAZONES OCULTAS DEL CIERRE DE RTVV

Este martes el Molt Honorable President de la Generalitat Valenciana, anunció el cierre de la Radiotelevisión Valenciana, argumentando como única razón el costo económico que supondría mantenerla, debido al incremento de gasto que supondría la readmisión de 1000 trabajadores despedidos ilegalmente. Desde entonces se ha negado reiteradamente a cualquier negociación para buscar alternativas al cierre, haciendo caso omiso a todas las demandas de búsquedas de solución realizadas por los propios trabajadores, por todos los partidos de la oposición y por la sociedad civil.

Esta actitud “tan democrática” no hace más que confirmar mis sospechas desde hace mucho tiempo, de que hay un plan preconcebido para “cargarse” todo el sistema de televisiones públicas. El cierre de RTVV se excusa en falta de presupuesto para atender la nueva situación provocada, según Alberto Fabra y todos sus seguidores, por los sindicatos y el TSJCV. Pero es curioso que el día inmediatamente después del anuncio, saliera publicado en el diario oficial de la Generalitat Valenciana una adjudicación presupuestaria de 25 millones de euros para el aeropuerto sin aviones de Castellón. ¿Hay dinero para esta inversión pero no lo hay para mantener un único servicio público vertebrador de la Comunidad Valenciana, de defensa de nuestra idiosincrasia y nuestro idioma?. ¿O hay otras razones ocultas detrás del cierre de RTVV?.

Mi experiencia en el mundo de los medios de comunicación me hace decantarme por la creencia de que, detrás del cierre de RTVV, hay toda una serie de intereses ocultos, tanto políticos como económicos, que lógicamente no se van a argumentar como causas de fondo del cierre, pero que son los que han influido de una forma directa en los dirigentes políticos para llevar a cabo la medida. Esto no implica que la decisión del cierre se haya planificado minuciosamente, todo lo contrario; creo que se ha realizado de una forma chapucera y sin hoja de ruta. Pero esto no excluye el trasfondo oculto de la decisión.

En las siguientes líneas argumentaré todas las razones que me conducen a la conclusión de las razones ocultas, principalmente de índole de intereses económicos particulares, para el cierre de RTVV. Mi experiencia en la vertiente económica de los medios de comunicación es de casi 18 años; en ellos he realizado tareas de análisis de mercados publicitarios dentro del Departamento comercial y marketing de RTVV, y mi trabajo casi cotidiano consiste, entre otros, en estudiar la evolución de los diferentes medios para poder implementar la mejor política comercial en la empresa. De todo el trabajo de estos años, de su análisis y abstracción puedo concluir que los verdaderos motivos que están detrás del cierre de RTVV, son intereses económicos de grandes grupos de comunicación. Junto a estos, existen otros del tipo políticos-ideológicos, que también se apoyarán en intereses particulares económicos para no tener la contestación mediática adecuada.

Desde hace al menos cinco o seis años, existe una fuerte corriente de presión de los grandes grupos de comunicación privados, en contra de los medios públicos. La argumentación que usan para denostarlos son los motivos presupuestarios. Ninguno es rentable; todos deben de sobrevivir con aportaciones de los diferentes gobiernos, por lo que todos nos cuestan dinero a los ciudadanos, y todos deben de cerrarse. Esta argumentación no soporta una análisis serio: no hay ningún medio público en el mundo que sea rentable de por si, ya que por definición, los medios públicos deben cubrir aquello que los medios privados no pueden cubrir, por su falta de rentabilidad. Si un acontecimiento cubierto por medios públicos, pasara a ser rentable, tengan por seguro que antes o después, serie cubierto por medios privados. Y a la historia me remito: el fútbol, siempre cubierto por televisiones públicas, ha sido capturado por las televisiones privadas, ya que es un producto televisivo que se puede rentabilizar fácilmente. Pero por ejemplo, ninguna televisión privada se va a plantear cubrir unas retransmisiones tipo fallas, con las mascletás, ofrena y cremá, ya que es imposible rentabilizar comercialmente estos productos televisivos por su coste de producción; ahí el servicio de interés público que ofrecen los medios públicos.

Si comparamos el coste económico de las televisiones públicas españolas (tanto TVE como las autonómicas), medido en término de coste per cápita, con el resto de sistemas de televisión pública europeas, veríamos que el modelo español no es, ni de lejos, el más caro; antes bien, su coste es relativamente económico, y más teniendo en cuenta, la diversidad de lenguas propias del estado español, que encarece en mucho los costes del sistema.

Llegados aquí, ¿cual es entonces el objetivo último de la campaña orquestada por los medios de comunicación privados contra los medios públicos?. La respuesta es clara: la tarta publicitaria de millones de euros que existe en el mercado. El mercado publicitario se mueve por presupuestos; las empresas anunciantes tienen cada año un presupuesto destinado a publicidad; la suma de los presupuestos de todas las empresas componen el montante total de inversión del mercado publicitario. Esos millones de inversión publicitaria se los disputan los diferentes medios de comunicación que coexisten en el mercado. Cuando menos medios existan, a más tocarán cada uno, esto es, más porción de la tarta obtendrán. Y estamos hablando de muchos miles de millones en juego. Estos son los números de la tarta a repartirse, según Infoadex, el analista de mercado publicitario más solvente en España. Datos en millones de euros.

año
2012
2011
2010
2009
2008
2007
Televisión
1815
2237
2472
2378
3082
3469
Total Convencional
4630
5497
5859
5631
7103
7985

Estamos hablando de volumen de inversión importantísimos; la crisis económica ha provocado una disminución importante del mercado, por lo que para los medios privados, es fundamental que se disminuya la competencia para poder optar a mayor parte del pastel menguante.

¿Y cual ha sido la estrategia seguido por estos medios privados?. La respuesta es clara: una campaña de acoso y derribo a los medios públicos, para que estos desaparezcan, y sean menos a repartir. Ya desde mis análisis allá por el año 2007, detectaba en la política de comunicación de las grandes televisiones privadas, un ataca sin cuartel a las televisiones públicas, en pos de poder captar su parte del pastel publicitario. El ataque era doble: por un lado, contra la publicidad que captaba RTVE (por aquel año, estaba en cerca de 800 millones de euros. La argumentación era que generaba una competencia desleal. La segunda línea de ataque era contra las televisiones autonómicas. En aquel año, el volumen de inversión publicitaria captado por las cadenas autonómicas superaba los 350 millones de euros, lo que también significaba un bocado apetecible para las televisiones privadas nacionales, y para su lobby de presión, UTECA. El argumentarlo utilizado contra las cadenas autonómicas no era el de competencia desleal; contra estas utilizaban argumentaciones más duras. Contra ellas ya utilizaban argumentos de coste desproporcionado y ineficacia. No buscaban solo quedarse con su parte del pastel, como con RTVE, sino la línea argumental seguida pretendía su cierre y desaparición (sabían que hacer que renunciaran a la venta de publicidad era mucho más difícil conseguirlo que con el caso de RTVE).

A partir de aquí, toda una serie de noticias e informes interesados fueron apareciendo en todos los medios de comunicación privados en contra de las cadenas autonómicas, buscando que calara la idea de ineficacia e insostenibilidad. No solamente fueron las televisiones privadas las que comenzaron la guerra informativa contra las cadenas autonómicas; también radio y prensa entro en esa guerra comunicativa anti cadenas autonómicas, pero no debemos de olvidar que, en estos momentos, solamente existen unos pocos grupos de comunicación privados, que tienen cadenas de radio, televisión y prensa, y todos con los mismos intereses económicos.

El más célebre, falso y ruin argumentario que se presento contra las televisiones autonómicas es el famoso”CANAL 9, TIENE 1800 TRABAJADORES, MÁS QUE ANTENA3 Y TELECINCO JUNTAS”. Dicha cantinela viene de un informe de una famosa consultora, encargada por UTECA (unión de televisiones privadas), con el propósito de atacar a las cadenas autonómicas, y para dicho propósito, se utilizó una de las cadenas más débiles y desprestigiadas, RTVV. Esta expresión, falsa en todos sus extremos, a fuerza de ser repetida hasta la saciedad, se ha convertido en verdad. Con esto se demuestra hasta que punto el poder de los grandes medios de comunicación puede influir en la voluntad de las personas. Una expresión que hasta el mismísimo presidente de la Generalitat ha utilizado para argumentar el cierre de RTVV. Una expresión fácilmente desmontable y que animo a cuantos puedan leer este escrito, entre ellos mis compañeros de cadena, demuestren su falsedad. En este blog, en una entrada de mi amigo Javier, de mayo del 2012, ofrece datos contrastados para desmentirla. Es muy fácil, basta consultar datos de memorias oficiales que se pueden descargar de las páginas web de las cadenas, o de la sindicatura de cuentas, para desmontar la falsedad de la afirmación. El fondo del informe de UTECA no puede ser más burdo: compara los trabajadores de todo el grupo RTVV (televisión, radio y su matriz, ente público), con los trabajadores de las matrices Antena 3 S.A. y Telecinco S.A. Para poder hacer una comparación homogénea, se debería haber tomados datos solamente de las compañías matrices, o lo que es más exacto, comparar número de trabajadores de la totalidad de grupos empresariales (tanto Mediaset, como A3media y el grupo RTVV estaban compuesto por sociedades matrices junto con empresas participadas en un 100% que desarrollaban parte de las actividades). Del mismo modo, comparar grupos con emisoras de radio (RTVV) con grupos sin emisora de radio (Mediaset-Telecinco), u obviando los datos de número de trabajadores en sus emisoras de radio (A3media-Onda Cero) no es más que una burda manipulación intencionada de las cifras. Así con los datos homogéneos y transparentes, a 31/12/2010, el número de trabajadores de cada grupo sería el siguiente:

RTVV (con radio 9)
1777
RTVV (sin Radio 9)
1600
Mediaset-Telecinco
1581
Grupo Antena 3
1942

No deja de ser un número de trabajadores muy alto en RTVV, pero todos sabemos como se ha inflado la plantilla y por que, al margen de que no hay que olvidar que, para realizar una televisión autonómica no se necesitan muchos menos trabajadores que para producir una cadena nacional. Un informativo, una programa de entretenimiento, un mantenimiento de instalaciones, un servicio informático, comercial, jurídico o financiero requiere casi el mismo personal, esté dedicado a una cadena nacional o a una cadena regional.

El hecho importante que quiero resaltar es la manipulación interesada de todo este proceso, en busca de un fin que no es otro más que el de hacer desaparecer unos competidores directos, para obtener unos beneficios económicos.

La historia reciente indica que con estas políticas de comunicación y presión, consiguieron en 2009 la desaparición de la publicidad en RTVE, lo que supuso que los 500 millones de euros previstos para dicha cadena estatal, se los repartieron entre las cadenas privadas y otros medios (prensa, radio) nacionales (y una pequeña parte fue a parar a las cadenas autonómicas). El resultado inmediato es que, en plena crisis económica y publicitario, en el año 2010, las cadenas de televisión nacionales y privadas obteneros unas cifras record de beneficios.

Una vez conseguido la parte del pastel correspondiente anteriormente a RTVE, la hoja de ruta ha continuada, centrando todos los focos en las televisiones autonómicos. Las presiones respecto a estas no se han centrado en convertirlas en cadenas sin publicidad como TVE (ya se encargaron los gobiernos autonómicos en negar dicha posibilidad), sino en reducir su importancia comercial o, incluso, en intentar su desaparición. Y en este escenario, RTVV es la primera en caer. Pero no va a ser la única; las presiones de los medios privados, si consiguen el objetivo con RTVV, se van a intensificar, ya que verán que si que pueden en esta línea conseguir su pastel publicitario. Y en esta guerra, ninguna cadena autonómica va a tener a ningún medio que la apoye. Todos los medios de comunicación, sin excepción, son parte muy interesada, en obtener beneficios comerciales.

La segunda razón oculta para el cierre de RTVV, es una razón puramente ideológica, política. El presidente Alberto Fabra es uno de los cada vez más abundantes presidentes autonómicos que no han sido elegidos en las urnas, sino que han accedido al poder por dimisiones de anteriores presidentes electos. La falta de afirmación en este sentido, más una falta de carisma y de liderazgo han provocado un puñetazo en la mesa, para autoafirmarse y ganar puntos delante de la ideología imperante en el poder, que sigue unas líneas claras recentralizadoras, amputando partes importantes de autogobierno, y lo que es más importante, reduciendo los servicios públicos prestados a los ciudadanos. La crisis es la escusa.

En este aspecto, es importante el apoyo que va a tener tanto de los medios nacionales como de los locales. El interés de los medios nacionales ya lo hemos explicado: económico y, en muchos casos, ideológico. Pero es que los medios locales también van a sacar tajada de la desaparición de RTVV. De hecho, ya la están sacando; este verano un contrato publicitario los ha regado con dos millones de euros para tapar críticas y aunar intereses. Esos dos millones de euros en campañas publicitarias de la Generalitat, van a parar mayoritariamente a periódicos y emisoras de radio de la Comunidad Valenciana (curiosamente, ningún euro estaba asignado al medio de comunicación comercial más potente en la Comunidad, RTVV). Pero es que, con la desaparición de Canal 9 y Radio 9, no van a desaparecer, los 7 u 8 millones de euros que podía manejar en campañas publicitarias a nivel de Comunidad Valenciana; antes bien, esos millones serán acaparados por el resto de televisiones, radios y periódicos de la región. ¿Quién va a criticar esta decisión, si de ella se van a sacar pingües beneficios?. Como muestra, una noticia aparecida hoy mismo en diferentes medios: el valor de las cadenas de televisión autonómica privadas Televisión del Mediterráneo (grupo COPE) y Las Provincias TV (grupo Vocento), aumentarán de valor simplemente con la desaparición de RTVV. ¿Alguien se imagina a los periódicos Las Provincias o ABC, o a la cadena COPE, criticar el cierre de RTVV?.

No quiero acabar el análisis sin hacer referencia a los costes indirectos que va a tener el cierre de RTVV. Ya no solo se va a cargar a toda la industria audiovisual valenciana, sino que otras industrias, como la publicitaria, turismo, mucha actividad relacionada con las fiestas y deportes autóctonos, etc. va a sufrir con el cierre de la radio y televisión autonómicas. Estamos hablando de millones de euros, muchos más de lo que pudiera suponer el costo del mantenimiento de RTVV.

Por último, una anécdota que visualicé este pasado viernes, al llegar del trabajo a las tres de la tarde. Sabia que se había celebrado el sorteo de la copa del rey, y conecté la televisión para enterarme de los resultados del sorteo (había acabado el informativo de NOU, por lo que solo quedaba información en cadenas nacionales). Antena 3 solo mencionó a un club valenciano de los 5 que habían entrado en el sorteo: ¡¡¡el Olimpic de Xátiva, y porque le tocó en suerte el real Madrid!!!. Esa es la televisión que nos espera a los valencianos. Una pancarta en la manifestación contra el cierre de RTVV de ayer sábado describía muy gráficamente cual es el sentimiento de muchos valencianos al respecto: QUIERO VER L´ORATGE, NO EL TIEMPO.



jueves, 7 de noviembre de 2013

UNA POSIBLE SOLUCION PARA LA CONTINUIDAD DE RTVV

UNA POSIBLE SOLUCION PARA LA CONTINUIDAD DE RTVV


La decisión tomada por el Consell de la Generalitat Valenciana de cerrar RTVV se argumenta en el enorme coste que puede tener la aplicación de la sentencia del TSJCV anulando el ere presentado. Se han dado muchas cifras al respecto, pero no he visto que ni los sindicatos ni los partidos de la oposición presentaran una alternativa cuantificada de viabilidad. En cuanto a las cifras del Consell, cifra el montante de la readmisión de los despedidos hasta el fin de la legislatura (mayo del 2015, esto es, unos 18 meses) en 228 millones de euros.

Antes de proponer una posible solución, o más bien, una propuesta de debate para encontrar una viabilidad a RTVV, debemos de recalcar dos conceptos a no perder de vista:

1.- La RTVV diseñada con la nueva ley, y el contrato programa, era perfectamente viable. Se dotaba de un presupuesto de 74 millones (69 para funcionamiento y 5 para inversiones), cantidad que todos han entendido como razonable para obtener un servicio público imprescindible, más en una comunidad con lengua propia. Con esta aportación, más los ingresos comerciales a generar, se tenía un presupuesto suficiente para el pago de todos los gastos (incluyendo gastos sociales de casi 700 trabajadores, y nueva programación completa), e incluso se obtenía un remanente. Todo pasaba por un control estricto de gastos y una racionalización y optimización de los trabajos, pero a cambio se ofrecía una programación próxima, independiente, de servicio público y en valenciano (programación que no se ha permitido instaurar).

2.- El ere que se planificó y se ejecutó fue un sinsentido; el modelo de televisión del informe Pwc era completamente inviable; no se negoció, se impuso (¿por el propio Consell?); los criterios de no afectación no buscaron la eficacia ni la objetividad, sino el salvar a personas afines; y para terminar, se ejecutó mal. Resultado, los 3 jueces, por unanimidad, lo declararon nulo. La sentencia es clara e inapelable. Toda una chapuza, que va a costar muchos millones de euros a los valencianos, y por la que hay que exigir responsabilidades a los directivos de RTVV que la negociaron y ejecutaron, a las consultoras (Pwc y Garrigues) que la diseñaron, y al mismo Consell de la Generalitat que fue, en última instancia, quien marcó todos los parámetros para el diseño y ejecución.

En el momento actual, el Consell ha decidido no asumir ninguna responsabilidad, echar la culpa de todos los males a los trabajadores y sus representantes legales, y cerrar la televisión pública valenciana, sin entrar en ninguna negociación o consideración. Dice que no hay alternativas pero, ¿realmente es así?.

El siguiente plan cuantificado indica que no, pero todo pasa por una voluntad democrática de negociar, de escuchar a la sociedad valenciana, e intentar implementar soluciones factibles, en un entorno de crisis económica y estrechez presupuestaria que no hay que perder de vista.

Creo que todos (sindicatos, trabajadores, políticos y sociedad valenciana en general) tenemos claro que una RTVV sobredimensionada es completamente inviable. Por lo que toda solución debe pasar por una adecuación sostenible de la plantilla, y un modelo eficaz de gestión. Los últimos meses han demostrado que el modelo sostenible era posible; tal vez para el mismo 700 trabajadores fuese un poco justo, pero seguramente 100 trabajadores más, profesionales y adecuados a las necesidades reales, configurarían un modelo en el que se podría dar perfectamente el servicio público para el que se ha previsto en el Estatut de Autonomía la RTVV.

Empecemos con los números: El coste de readmisión de los despedidos habrá que cuantificarlo; este se calcula en base a los salarios de tramitación del periodo que han estado fuera de la empresa los trabajadores que retornen. A esta cantidad se le sumará la seguridad social, y se le restará la indemnización recibida que hay que retornar en la readmisión. De los 1000 trabajadores despedidos, supondremos que retornan voluntariamente 800, número bastante realista (se calcula que los restantes 200 no retornan por acogimiento voluntario al ere, jubilaciones y otras actividades). El retorno inmediato de esos 800 trabajadores no debería suponer un coste neto para RTVV, ya que el pago de salarios de tramitación, con sus gastos en seguridad social, sería compensado en gran medida, si no en su totalidad, por la devolución de las indemnizaciones. Como mucho, habría que pagar 11 meses de sueldo, cuando no 5 o 3. ¿Cuánto serian el coste neto total de la aplicación de la sentencia? ¿2, 3, 5 millones de euros?.

A partir de ese momento, se debería de dar una negociación REAL con los representantes de los trabajadores, para diseñar un modelo sostenible, en el que se diseñara claramente el modelo (tomar como referencia el de los últimos 6 meses), se redujera la plantilla a 800 trabajadores calculando claramente las necesidades reales por categorías y puestos de trabajo, se fijaran unos criterios completamente objetivos y consensuados por las partes para permanecer en la empresa, y se incentivaran las bajas (prejubilaciones, sobre indemnización de por ejemplo 30 días de indemnización, etc.). No es más que aplicar la racionalidad que se ha dado en otros “eres” necesarios y pactados. Junto a esto, se deberían de negociar condiciones flexibles de trabajo, disminución de sueldos de por ejemplo el 10% para no incrementar el presupuesto total de funcionamiento, etc. El periodo de negociación y de ejecución, con los antecedentes y la experiencia adquirida no debería de ser excesivo; lo cifraremos en 6 meses. 6 meses en los que se debería de retribuir a esas 700 personas de exceso de plantilla. 6 meses que supondrían un sobrecoste, en el peor de los casos, y con cifras infladas, de cómo mucho 12 millones de euros.

Por último, el gasto de la indemnización de los 700 trabajadores que deberían causar baja, junto a los costes de prejubilaciones y restantes. El montante podría rondar los 20 millones de euros.

Estas cifras darían un montante total, por la ejecución de la sentencia del TSJCV y el montaje de una nueva RTVV viable, de cómo máximo 35 millones de euros.

Es una cifra elevada, pero muy alejada de los 228 millones que calcula el Consell solamente por la ejecución de la sentencia hasta mayo del 2015. Cifra perfectamente asumible si se tiene voluntad política. Tómase como ejemplo solamente el hecho de que, el día siguiente de la declaración de cierre por parte del Consell, se adjudicaron 25 millones de euros para el aeropuerto sin aviones de Castellón. Y tendriamos una RTVV viabe, motor del sector audiovisual valenciano y que contribuyera a la potenciación de las fiestas y tradiciones de la Comunitat. Los beneficios económicos indirectos superarían, en mucho, el coste del mantenimiento de la radio y televisión públicas.