EL FUTURO DE RTVV
En estos momentos se está
debatiendo el futuro de la televisión autonómica valenciana, existiendo una ley
aprobada por el gobierno autónomo que se deliberará en el parlamento
valenciano, y un expediente de regulación de empleo que ronda a sus
trabajadores. Este debate va mucho más allá, ya que de el se puede desprender
el futuro de la televisión pública en este país.
La situación actual de RTVV es la
de un grupo en quiebra, con una deuda millonaria y un volumen de gasto que,
dicen, no puede sostenerse en tiempos de crisis; con una gran desprestigiado
frente a la sociedad, cuotas de audiencia ridículas, y siendo un instrumento
utilizado por todos los grupos mediáticos como ejemplo de lo que no debe ser
una empresa pública. Si preguntáramos a
cualquier ciudadano, que se debería hacer con RTVV, la respuesta de la
mayoría sería la misma: que la privaticen o la cierren. Es el mensaje que desde
todas partes (medios de comunicación en general y políticos) se pretende
trasladar y que, hay que reconocerlo, se ha transmitido de una forma muy
eficaz.
UN POCO DE HISTORIA
Pero, ¿Cómo se ha llegado hasta
aquí?. Hagamos un poco de historia. RTVV nace en 1989 dentro de la vorágine
autonomista que imperaba en España. Se crea una cadena de televisión (Canal 9)
y una de radio (Radio 9). Se asienta en la sociedad valenciana rápidamente, y
es vista como un símbolo propio. Las cuotas de audiencia son importantes y,
desde el punto de vista del presupuesto, este se cubre con los ingresos
comerciales (una parte mínima, como todas las televisiones públicas del mundo)
y por las aportaciones de la administración. El volumen de gasto es
relativamente contenido para lo que se podría esperar de una cadena pública. La
línea editorial es sesgada hacia las opiniones del gobierno (PSOE), pero dentro
de unos límites prudentes. La plantilla está compuesta por una parte
mayoritaria de profesionales que han aprobado una oposición, y contrataciones
por obra o servicio. A mitad de 1995, el volumen total de trabajadores podría estar
en torno a 800 personas.
En 1995 hay un cambio de
gobierno, a favor del Partido Popular. Esto supondrá un cambio en el modelo del
grupo, y una escalada hacia el abismo. De todos es conocido la opinión que
tenía el entonces presidente de la generalitat, Eduardo Zaplana, sobre esta
cadena: según el, ahí se encontraba el último bastión socialista existente en la Comunidad Valenciana.
Y a sabiendas de la importancia de controlar un medio tan importante entonces
como Canal 9, se pusieron manos a la obra.
Se creó una nueva cadena (primero
se llamó Noticies 9, y posteriormente Punt Dos, en la actualidad Nou Dos). Allí
dicen las malas lenguas, fueron destinados todos los “socialistas” que
trabajaban en RTVV. Se contrató nuevo personal (algunos por oposiciones, pues
hubieron dos o tres desde entonces), otro mucho, contratados temporalmente.
Todos, se decía, afines al nuevo régimen.
Junto a este aumento del
personal, se produjeron dos hechos muy importantes: por un lado, un incremento
desmesurado de la contratación de producción externa y de derechos de emisión.
Nuevas productoras empezaron a realizar trabajos para Canal 9, a unos precios (siguen
diciendo), desmesurados. Pagos de favores argumentan. Junto a esto, se
contrataban derechos que era imposible rentabilizar, pero que, dicen las malas
lenguas, venían impuestos de arriba. Un claro ejemplo es el pago de los
derechos por el fútbol a los equipos valenciano, fundamentalmente de primera
división. Centenares de millones (algunos años se llegaron a pagar más de 70
millones de euros por los mismos) se enterraron en estas cuestiones, sin
generar ingresos, ni rentabilidad social. A esta política se le suma la de
utilizar al grupo como tapadera para el pago de favores, o realizar gastos sin
ser fiscalizados, o con menos control que el que se tendría si el gasto lo
realizara directamente la administración. La visita del Papa es un claro
ejemplo (al margen de la trama Gurtel). ¿por qué RTVV tenía que pagar las
pantallas de video para que los asistentes al congreso vieran de cerca toda la
ceremonia?. Ejemplos como este hay muchos en la historia de esta cadena.
Al aumento desmesurado de los
gastos, sin control alguno, hay que añadir el cambio de la financiación de los
mismos. Como hemos comentado anteriormente, hasta 1995, toda la diferencia
entre los ingresos comerciales, y los gastos totales de la cadena, se cubría
por aportaciones de la
Generalitat. A partir de este momento, la diferencia entre
los enormes gastos, y los pocos ingresos comerciales, eran cubierto por, en una
mínima suma, aportaciones de la
Generalitat , y en su inmensa mayoría, por autorizaciones para
endeudarse; deuda avalada, eso si, por la propia Generalitat. Por ejemplo,
supongamos un año tipo en el que el presupuesto de gastos es de 190 millones de
euros, y que, al no existir control alguno, se llega a los 220 millones de
euros. Ese año, la actividad comercial genera 80 millones de euros, y la Generalitat aporta
otros 10. Hay un desfase de 130 millones de euros, que se cubre con un préstamo
a 12 años, avalado por el Instituto Valenciano de Finanzas. Es una huida hacia
delante, ya que ese préstamo, de entrada, genera intereses, que aumenta el
gasto. Y en segundo lugar, se debe de pagar, y la televisión es incapaz de
generar excedente (ninguna televisión pública del mundo se puede financiar
exclusivamente por ingresos comerciales). 15 años con esta política financiera
provocan el agujero de 1300 millones de euros actual.
Existió en 2004 otro hecho
importante en la historia de esta cadena. Zaplana abandona el gobierno
valenciano y es sustituido por Camps, en medio de una guerra entre familias.
Como ocurrió en 1995, en el que se consideraba a la cadena el último bastión
socialista, en 2004 se consideró a la misma cadena el último bastión
zaplanista. Resultado, nueva cadena (Nou 24) y nueva entrada de personal afín
al nuevo régimen. Más gasto, más personal (excesivo). No había problemas de
presupuesto, ya que no había aportaciones de la Generalitat , solo aval
para endeudarse. Se magnificó todo, hasta extremos poco entendibles en un
servicio público. Y los directivos, ni los de antes, ni los de ahora, aplicaron
criterios profesionales en la gestión. Puede ser porque no los tenían; o tal
vez porque nos les dejaron ni se atrevieron. El hecho es que todas estas políticas
llevaron a la situación actual, anteriormente descrita.
Desde el punto de vista social,
la cadena entró pronto en una situación de bajada de audiencia y desprestigio.
La creciente competencia de cadenas privadas a todos los niveles, la parcial y
tendenciosa línea editorial, y el poco profesionalismo de los directivos, más
pendientes de aferrarse a su sillón que de gestionar eficazmente la cadena, han
provocado una audiencia que tocas sus mínimos, y un gran rechazo social. Y esta
situación no se explica únicamente con la competencia del sector privado. Otras
cadenas autonómicas tienen la misma competencia y ofrecen unos niveles de
audiencia dignos, además de un sustento social importante.
SITUACION DE LAS TELEVISIONES AUTONÓMICAS EN ESPAÑA
La situación de las cadenas
autonómicas en nuestro país no es muy diferente a la de Televisión Valenciana.
Esta última si que tiene un nivel de deuda muy superior al resto, pero este
problema (importante, en época de crisis y con una falta de crédito en las
autonomías) viene impuesto, no ya por el nivel de gasto, similar a grandes
rasgos del resto de cadenas autonómicas, sino por el modelo de financiarlo
elegido. Y ahí, la solución, aunque dolorosa, es única. Es la Generalitat la que
debe de asumir la deuda. Debe de pagar lo que anteriormente no ha querido
pagar, y ha diferido en el tiempo.
El panorama de las televisiones
autonómicas en este país se podría dividir en dos modelos: las autonómicas
clásicas (EiTB, TVGa, TeleMadrid, Canal Sur y Canal 9) con un modelo de gestión
clásico, similar al de RTVE, caracterizado por una estructura de personal
importante, debido a que se pretendía producir internamente el máximo número de
contenidos posibles, y muchas cadenas en funcionamiento (primer canal, segundo
canal, canal informativo, canal internacional y varias emisoras de radio).
Junto a estas, las autonómicas de nuevo cuño, nacidas con estructuras mucho más
modestas, menos personal directamente contratado por la televisión, y una
externalización de un gran volumen de contenidos.
Pero a pesar de esa diversidad de
modelos, lo que le cuesta cada cadena a los ciudadanos (comparando un modelo con otro), no presenta grandes
diferencias; antes bien, la gran diferencia (medida en cuanto a coste per
cápita) se observa en otros dos factores: lo grande que se quiera hacer la
televisión, los servicios que se ofrezca, y sobre todo, el número de habitantes
de la región que tienen que financiar la televisión. En otras palabras, que una
televisión sea de gestión pública o privada no presenta grandes divergencias en
cuanto al coste por habitante. Pero teniendo en cuenta que existe un mínimo de
gasto para que una cadena funcione, si ese mínimo de gasto se tienen que
financiar en una región pequeña, con pocos habitantes, si que supone un porcentaje
de gasto mucho mayor, que en otra región, donde se puede repartir la carga
entre un mayor número de usuarios. Del mismo modo, que un grupo regional aspire
a muchos canales de televisión y radio, además de otros servicios, supondrá un
mayor coste, y por lo tanto, una mayor carga per cápita para los ciudadanos de
esa región.
Lógicamente, una adecuación de la
estructura televisiva, respecto a la capacidad de poder financiarla (número de
habitantes de la comunidad), y una buena gestión, reducen el coste per cápita
de las cadenas.
Veamos en un cuadro algunos
números al respecto.
Trabajadores
|
Aportaciones
|
Coste por
|
|
Públicas (mill.)
|
hogar-2012
|
||
Canal Sur
|
1600
|
97
|
33,55
|
TV3
|
1900
|
235
|
84,78
|
Tele Madrid
|
1175
|
75
|
31,77
|
Canal 9
|
1740
|
86
|
44,77
|
TV Galicia
|
1050
|
88
|
86,05
|
EiTB
|
1100
|
100
|
117,54
|
TV Canarias
|
80
|
35
|
46,05
|
CMT
|
200
|
33
|
44,26
|
TA Murcia
|
250
|
22
|
43,90
|
Aragón TV
|
140
|
40
|
79,47
|
TP Asturias
|
75
|
23
|
55,59
|
IB3
|
60
|
23
|
55,16
|
No hay una relación directa, como
vemos, entre la estructura de gestión de la radiotelevisión autonómica, y su
coste para los ciudadanos. Tenemos cadena clásicas con mucha estructura de
personal, con costes per cápita pequeños (Canal Sur, Tele Madrid), y también
cadenas con gran nivel de externalización de la gestión, con costes per cápita
elevados (Aragón TV). Es la eficacia en la gestión, y el volumen de coste de la
cadena, respecto al territorio, lo que provocan que el gasto relativo sea más o
menos asumible.
Llegado a este estado, ¿que
propone la nueva ley de RTVV, y hacia que modelo nos encaminamos?.
NUEVA LEY DE RTVV
Aún no es definitiva, porque se
debe de cumplir el trámite parlamentario. Pero recién aprobada por el Consell,
estos son los rasgos principales que la definen.
-
Integración de las tres entidades que forman el grupo (Ente RTVV, Televisión Valenciana y Radio 9) en una
sola sociedad, y la reducción del número de miembros del consejo de
administración.
Puede darse un ahorro, aunque
mínimo, con esta medida.
-
Elección del Director General por una mayoría de 3/5 de
la cámara parlamentaria valenciana.
Medida puramente política, pero
sin efectos económicos.
-
Límite presupuestario; no se podrá desviar en más de un
7% (con la posibilidad de que ese límite de desviación se elimine).
De vital importancia para evitar el desmán
presupuestario de ejercicios anteriores.
-
Modelo de financiación y gestión mixta,
público-privada. Un contrato-programa definirá con una vigencia de tres años
cuales son los programas de carácter público, y cuál es su financiación. El
resto de programación que no se considere de servicio público se deberá de
autofinanciar. Se abre la posibilidad a la colaboración público-privada, de tal
forma que se podrá contratar a un gestor privado, o adjudicar a una empresa una
determinada franja por un canon, o pueda darse el caso de que el Consell tenga
interés en productos de iniciativa privada, y aporte para ello fondos públicos.
Tal vez el punto más importante, y a la vez,
el más oscuro. Decidir que programa es de servicio público, y cuál no lo es, y
por tanto, cuál se debe de financiar con dinero público, y cuál por la
iniciativa privada, es un asunto completamente subjetivo. Y más con la coletilla del interés del
gobierno por una iniciativa privada, a la que aportará financiación. ¿No
quedamos en que el servicio no público se tiene que autofinanciar?
Conociendo el funcionamiento del mercado
televisivo, se puede decir con total seguridad que no es posible adjudicar una
franja a una empresa, a cambio de un canon, para que esta productora realice
programación que se autofinancie con ingresos comerciales. Es completamente
inviable en el mercado televisivo autonómico. Lo que indica que la fórmula que
se utilizará será la de contratar producción externa a cambio de un precio,
“porque esos productos tendrán interés para el Consell”. Los ingresos
comerciales de estas franjas, ingresados por RTVV, irían enteramente a
financiarlas, pero siendo insuficientes, seria necesaria la aportación del
gobierno. Exactamente la misma fórmula
que se utiliza actualmente, solo que en vez de contratar franjas enteras, se
contratan programas puntuales.
Una última reflexión referente a este punto:
¿Qué sentido tiene programas sin un perfil de servicio público en una cadena
autonómica pública?
-
Mandato marco con una vigencia de nueve años, revisado
y controlada por una comisión de control del parlamento.
Una buena medida para poder justificar
sueldos de parlamentarios, que no tendrían otras tareas sin esta, y poder
cobrar suculentos pluses por asistencia a comisiones.
Vemos que en todas estas medidas,
ni se ha definido el modelo de televisión, ni el potencial de la misma. No se
decide si se quiere un modelo con una cadena de televisión y otra de radio, sin
grandes pretensiones, y centrada en la programación de cercanía, o si alternativamente
se decanta por un modelo más potente, con varias cadenas de televisión y de
radio, una potente televisión por
Internet, y servicios auxiliares potentes. Mientras no exista una definición
clara en este sentido, no es posible saber el coste de la nueva televisión, ni sus
necesidades, tanto técnicas como humanas. En este sentido, ¿porqué se va a
emprender un ERE, con un coste económico y social importante, si no se conoce,
o no se dice, cuales van a ser las necesidades del nuevo modelo?. Se podría
argumentar que se pretende dejar limpio de personal la nueva televisión, para
así contratar la fuerza de trabajo estrictamente necesaria o, tener la potestad
de contratar producción o servicios externos que la suplan. Pero este último
modelo productivo, como se ha vista anteriormente, no es sinónimo de un menor coste; antes
bien, puede resultar hasta una radiotelevisión más cara que con una producción
interna eficaz.
NUESTRA PROPUESTA
En vista a lo expuesto
anteriormente, la propuesta es clara:
1.- Definir exactamente y detalladamente
el modelo de radiotelevisión pública, y sus necesidades o posibilidades presupuestarias.
En la época de crisis en la que
nos encontramos, con una cadena de televisión, y otra de radio, es suficiente
para cumplir el servicio público.
2.- Realizar un planteamiento
profesional respecto a las necesidades técnicas y de personal para llenar la
parrilla de programación de programas de servicio público, teniendo en cuenta
que una de las funciones de la televisión pública regional, es fomentar el
sector audiovisual de la comunidad. Se debería de realizar por lo tanto un mix
de producción propia-producción ajena eficiente. No es una idea novedosa: basta
fijarse en el funcionamiento de otras cadenas (públicas y privadas) con mejor
funcionamiento.
3.- Una vez definidas las
necesidades de personal internas, adecuadas al modelo de televisión elegido y
soportable, realizar el ERE, a fin de cubrir las plazas de la nueva empresa con
los técnicos actuales. Se minimizarían costes de despido, además de que se
podría argumentar adecuadamente los ceses producidos. Si en vez de un modelo de
tres cadenas de televisión y dos de radio, se opta por uno más simple, porque
no se tiene para más, es comprensible que se necesite menos personal. Pero si
hay dinero para un modelo más completo, ¿por qué se van a despedir a 1200
personas? ¿para entregar esa producción a empresas ajenas, pero con un coste
similar al actual? ¿no sería más barato para el contribuyente (menos coste de
despidos), menos traumático socialmente, y se podría explicar mejor, el
implementar este modelo con el personal actual?. Eso no implicaría que no se
tuviera que disminuir plantilla; está sobredimensionada. Pero no es lo mismo
desprenderse estrictamente de la gente que no haga falta, que realizar una
limpieza, borrón y cuenta nueva. Llegados a este extremo, acordémonos de las
etapas anteriores de cambio de gobierno (entre partidos o entre familias de un
mismo partido); todas supusieron una entrada de personas afines a los nuevos
gobernantes. En estos momentos hay un nuevo President, con posibles disputas
entre familias populares, y con seguras ganas de controlar este medio de
comunicación con gente afín. ¿Qué mejor momento?.
4.- Un cambio del modelo directivo, primando la profesionalidad en vez de la afiliación política-personal. Está demostrado que la mayor parte de la culpa se debe a la ineficaz gestión llevada hasta el momento. Un cambio de modelo, sin un cambio de directivos, no llevará más que a lo que todos conocemos.
4.- Un cambio del modelo directivo, primando la profesionalidad en vez de la afiliación política-personal. Está demostrado que la mayor parte de la culpa se debe a la ineficaz gestión llevada hasta el momento. Un cambio de modelo, sin un cambio de directivos, no llevará más que a lo que todos conocemos.